Hoy traigo un trabajo muy especial para alguien a quien quiero mucho. Este es Marcos, mi sobrino, el más guapo de Cataluña, España y parte del extranjero.
Mientras realizaba el trabajo pensaba en lo anormal de lo que es, o debería de ser, normal. ¿Qué que quiero decir? Pues que est@s niñ@s/adultos, cuando quieren o alguien decide hacerles un regalo, no tienen ninguna opción, sobretodo los más pequeños, a ver en su muñec@ la representación de ellos mismos. ¿Qué muñeca de comunión, por ejemplo, recibe una niña ese día? ¿Porqué no existe la posibilidad de que vaya en una silla de ruedas? ¡Sin complejos!
Tal vez lo vea así porque en mi familia esto está... ¿cómo decir? normalizado. Mi sobrino corre maratones (con uno de nosotros pringando, claro!) Le encantan las discotecas (bailar en una silla de ruedas también es posible) y así un sinfín de actividades de las que nunca se le ha privado.
Estamos acostumbrados, sobretodo los que por cercanía estamos más sensibilizados, al problema de las barreras arquitectónicas, a ver esos aparcamientos reservados para personas con movilidad reducida que más de un@ se salta a la torera pero como he dicho, hasta hoy no había pensado en este detalle que aunque parezca de poca importancia para mi la tiene.
Bien, y llegó el momento de presentar mi último trabajo que espero os guste.
